El transporte es uno de los pilares de nuestra civilización. Es sorprendente que podamos comprar el mismo esmalte de uñas sin importar si estamos en Poznan, Varsovia, Londres o México. ¿Quién es responsable de este asombroso éxito mundial? ¡El transporte, por supuesto!

El viaje del producto, desde la fábrica hasta el estante del supermercado, puede ser largo y durar miles de kilómetros. ¿Cómo es posible que un mismo esmalte de uñas esté disponible en Berlín y Shanghái a precios razonables en ambos lugares? Todo esto es gracias al trabajo duro de muchas personas que luchan por optimizar los costos de transporte, mientras intentan obtener algún beneficio para sus empresas.

Las empresas del sector del transporte trabajan a un ritmo determinado. Cada día se enfrentan a condiciones difíciles en la carretera, plazos estrictos y una enorme presión sobre los precios. ¿Cómo pueden obtener beneficios en una situación así? Tienen que ahorrar y reducir los costes. Uno de los principales gastos es, por supuesto, el combustible.

No existe ningún producto tangible que se pueda fabricar y entregar al cliente sin utilizar servicios de transporte. Hay que transportar, por ejemplo, fertilizantes para plantas, componentes electrónicos, harina para pan y cualquier pieza o componente. Por tanto, los costes de transporte afectan literalmente a todos los productos del mercado y, en última instancia, se trasladan al cliente final. La optimización de estos costes es algo que nos interesa a todos.

Es muy sencillo. Solo hay que tener en cuenta las diferencias de precio entre los distintos combustibles. Por ejemplo, el gasóleo cuesta en Polonia aproximadamente el doble que el GLP. ¿Cómo puede aprovechar esto la empresa de transporte?

Solo hay que elegir una combinación rentable de dos combustibles: Fuel Fusion. El sistema permite sustituir parte del consumo de diésel por gas mucho más barato (GLP o GNC). El nivel de sustitución varía de media entre el 20-30% (GLP) y el 40-50% (GNC), lo que supone un ahorro del 10% o más del gasto en combustible. Además, el gas une algunas sustancias y aumenta la temperatura en el motor, haciendo que el combustible se queme de forma más completa. Como resultado, se reduce considerablemente la emisión de partículas finas y de dióxido de carbono.

Una empresa de transporte que tenga una flota de diez camiones, puede instalar inicialmente Fuel Fusion en un solo vehículo, para ver qué ahorro le supone. Supongamos que el vehículo recorre una media de 100.000 kilómetros al año. Teniendo en cuenta que un camión quema unos 35-40 litros cada 100 km, quema unos 35-40 mil litros de combustible diésel al año. Si utilizamos Fuel Fusion GLP en el camión, el consumo anual de combustible se reducirá a unos 25-27 mil litros de combustible. No es difícil imaginar cuánto ahorro supondrá la instalación. Pero ¡hay una pregunta importante! ¿Cómo se amortizará la inversión? Con un ahorro así? Sólo tardará un par de meses.

¡Y no se queda ahí! Después de unos meses adicionales, le ayudará a ahorrar dinero para la instalación en otro camión. De esta forma, dos vehículos le proporcionarán el doble de ahorro y le ayudarán a obtener dinero para la instalación de Fuel Fusion en las próximas máquinas de su flota.

Después de un tiempo, todos los camiones de su flota estarán equipados con Fuel Fusion y los costos de su empresa se reducirán en un 10 % aproximadamente. Dichos ahorros ayudarán a aumentar los ingresos de la empresa o a competir de forma más agresiva con competidores que también buscan ahorros a toda costa.

Si desea mantenerse por delante de la competencia y ofrecer precios favorables, debe buscar soluciones que le permitan reducir los costes y competir de forma más eficaz con la competencia. Fuel Fusion es una oportunidad que no puede dejar pasar.

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